Los disquetes fueron uno de los mayores logros del mundo de la computación: impulsaron a la industria del software con un formato que duró varias décadas. En algunos casos incluso conservaron los tesoros que creíamos perdidos para siempre.
Antes de que aparecieran los disquetes, las tarjetas perforadas y las cintas magnéticas obstaculizaban el potencial de la computación. Steven Vaughan-Nichols describe la magnitud de los cambios que se dieron gracias a la llegada de los floppies. Dave Bennet nos explica que la necesidad de un dispositivo de almacenamiento permanente, que también pudiera enviarse por correo, dio lugar a los primeros disquetes de ocho pulgadas. George Sollman recuerda que le asignaron la tarea de crear un disquete aún más pequeño, y nos habla de los extraños objetos que inspiraron su diseño. Y cuando Sollman fue a presentárselo al HomeBrew Computer Club, le sucedió algo inesperado: dos de los personajes frecuentes de esta temporada le pidieron más información. Y el resto es historia.
¿O no? Matthew G. Kirschenbaum señala que, en realidad, los disquetes se siguen utilizando en lugares que nunca nos imaginaríamos. Además, Jason Scott y Tony Diaz nos dicen cómo transfirieron cierto código fuente de la Sneakernet a la nube.
00:00 - Presentadora
Jordan Mechner es de esas personas que nunca tiran nada. Diseñó videojuegos como Karateka y Prince of Persia, y en el proceso guardó todo minuciosamente. Diarios, bocetos, guiones gráficos...Todo, absolutamente todo. Por eso estaba impresionado de no encontrar algo que había guardado. Y era algo importantísimo.
00:26 - Presentadora
En 2002, Mechner estaba trabajando en Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo. Los programadores querían agregar la versión clásica del videojuego a su actualización de la PlayStation 2 como característica oculta o Easter egg. Así que le pidieron el código fuente original. Mechner se puso a buscar en su archivo, pero no lo encontró. Lo buscó en todos lados. El código fuente que había escrito en su vieja Apple II, el código que estaba segurísimo de haber guardado, desapareció.
00:58 - Presentadora
Vamos a adelantarnos 10 años. El papá de Mechner está limpiando la casa y, al fondo de un armario, descubre una caja de zapatos desvencijada con un montón de disquetes viejos y polvorientos de 3,5 pulgadas. Uno de ellos tiene una etiqueta: “Código fuente de Prince of Persia. Copyright, 1989”. Y entre paréntesis, en mayúsculas, la palabra “Original”. ¡Por fin apareció el código que había estado perdido tanto tiempo! Había pasado un cuarto de siglo en esa caja, antes de que lo desenterraran como si fuera una reliquia arqueológica.
01:36 - Presentadora
Pero ya estábamos en 2012. ¿Cómo le iba a hacer para sacar el código de esos discos viejos? ¿Estarían intactos los datos? ¿Ya era demasiado tarde para guardar su trabajo?
01:54 - Presentadora
Guardar nuestro trabajo... Hoy ya casi siempre es automático. Los programas suben todo a la nube a cada rato. Ya ni nos preocupamos por guardar las cosas manualmente. De hecho, ya hay una generación entera que ni siquiera sabe lo que representa ese ícono de guardar. Y ya que estamos en eso: no, no es una máquina expendedora.
02:16 - Presentadora
Pero durante muchos años, si queríamos guardar, almacenar y transferir nuestros datos, necesitábamos un soporte físico. En nuestro episodio anterior, que trata sobre la Altair 8800, hablamos del surgimiento de la revolución de las computadoras personales; bueno, pues en ese entonces había un objeto tecnológico que se convirtió en sinónimo de la acción de guardar: el disquete. Ahora nos parece facilísimo. Pero los disquetes cambiaron el curso de nuestra historia, porque ayudaron a convertir las microcomputadoras en computadoras personales.
02:50 - Presentadora
Esto es Command Line Heroes en español. Un podcast original de Red Hat.
02:58 - Presentadora
Pero vamos a dejar en suspenso el hallazgo de los disquetes de Jordan Mechner un momento. Luego volvemos a hablar de eso. Primero quiero saber cómo nació el disquete y cómo se convirtió en una parte fundamental del mundo de la tecnología durante casi 40 años.
03:18 - Presentadora
Nuestra primera parada: 1890. Antes de que existieran las computadoras electrónicas, había dispositivos electromecánicos de computación. Para introducir y sacar los datos había que usar tarjetas perforadas del tamaño de un billete de un dólar. Cuando surgieron las computadoras electrónicas, en la década de los 50, IBM estandarizó las tarjetas perforadas con 80 columnas y 12 filas. Para representar un carácter había que perforar la tarjeta, y dejarla sin perforar para representar el otro.
03:50 - Presentadora
Durante mucho tiempo, las tarjetas perforadas eran la principal manera de ingresar datos. Pero los programas más grandes y complejos necesitaban cientos de tarjetas, así que perforarlas era terriblemente engorroso. Tenía que haber una manera mejor de guardar y transferir información.
04:08 - Presentadora
Luego vino la cinta de papel, que surgió en la década de los 50. Si quieres conocer el papel central que desempeñó la cinta de papel en el origen de la computación personal, escucha el episodio anterior. La cinta de papel también leía los datos a partir de los agujeros, al igual que las tarjetas perforadas. Pero todo estaba en la misma cinta, así que ya no había que preocuparse por que las tarjetas se traspapelaran. Podían guardar más datos y era mucho más rápido utilizarlas. Pero a medida que aumentaba la capacidad de las minicomputadoras, se necesitaba más y más cinta para almacenar los programas. Así que al igual que las tarjetas perforadas, la cinta de papel finalmente alcanzó sus límites.
04:47 - Presentadora
Entra en escena: la cinta magnética. El ingrediente clave era el Mylar, un material resistente y flexible recubierto con óxido magnético que permitía grabar la cinta. Nueve pistas podían almacenar hasta 175 megabytes por cinta. En los años 50 y 60, eso no era poca cosa. Las unidades de cinta magnética para carretes de 10,5 pulgadas se convirtieron en el estándar de las empresas.
05:11 - Steven Vaughan-Nichols
Pero el problema con la cinta es que, aunque es excelente para transferir grandes cantidades de datos de un lugar a otro, es muy difícil buscar algo en particular. El software de nuestras minicomputadoras y mainframes lo instalábamos con cinta, pero no servía de nada que fuera pequeña y portátil, ni tampoco nos permitía ningún uso interactivo de nuestros datos.
05:40 - Presentadora
Estábamos escuchando a Steven Vaughan-Nichols, editor colaborador de CBS Interactive. Por supuesto, la cinta magnética podía almacenar muchos más datos. Pero era demasiado grande y lenta. En realidad, solo era práctica para el mundo de las mainframes. Una vez más, había que buscar algo mejor.
05:58 - Presentadora
Ese algo mejor llegó en 1956, cuando IBM lanzó su primera unidad de disco: la unidad de almacenamiento en disco IBM 350. Era uno de los componentes de la computadora mainframe 305 RAMAC, un armatoste que ocupaba toda una habitación. Vamos a escuchar a Dave Bennet, ex ingeniero de discos y productos de almacenamiento de IBM.
06:23 - Dave Bennet
Tenía almacenamiento en la memoria de núcleos magnéticos. De hecho, los dispositivos de almacenamiento en disco como el de RAMAC, por ejemplo, que fue el primero, eran dispositivos que permitían el acceso aleatorio a un registro dado, a diferencia de una unidad de cinta.
06:39 - Presentadora
Lo interesante es que esa unidad de disco casi no ve la luz del día, porque ponía en riesgo el negocio de tarjetas perforadas de IBM. Pero el proyecto finalmente se aprobó. El problema era que la unidad contenía discos hechos de metal sólido, así que la RAMAC pesaba una tonelada. ¡Literalmente! Había que moverla con montacargas y transportarla en grandes aviones de carga. No era el método de almacenamiento más conveniente. Pero gracias a ella surgió una mejor solución.
07:10 - Dave Bennet
La verdad es que el disquete inicialmente se desarrolló para satisfacer una nueva necesidad. La razón era que había un tipo de almacenamiento intermedio. Al principio estaba el código de la computadora y luego la memoria de la computadora, la memoria de trabajo. Pero con la System 360 se empezó a usar una nueva clase de memoria intermedia, que llamaban firmware. La tecnología del firmware de la System 360 era única por varias cosas. Tenía un tipo especial de tarjeta perforada, o si no, una cosa que se llamaba almacenamiento de solo lectura de transformador.
07:51 - Dave Bennet
Pero la nueva necesidad era el deseo de pasar de esas tecnologías a la de semiconductores, que en ese entonces era volátil. “Volátil” quiere decir que la memoria de los semiconductores se desvanecía al desenchufar la computadora. Así que tenía que haber una forma de recargarla, o sea, volver a poner el programa en esa memoria cuando regresaba la luz, para cargar lo que se llamaba un microprograma, o esa memoria intermedia.
08:28 - Dave Bennet
Esa fue la necesidad que originó el desarrollo de la unidad de disquete.
08:37 - Presentadora
Entonces, en 1967, un pequeño equipo de ingenieros que dirigía David Noble empezó a desarrollar un sistema barato para cargar esos microprogramas en las computadoras mainframe. El nombre en clave del proyecto era Minnow.
08:53 - Dave Bennet
Noble probó personalmente todo lo que se le ocurría, incluso varios tipos de tarjetas perforadas y casetes de música. No sé qué tanto probó. Pero le atinó a la idea de usar una unidad barata de disco, conformada por un disco flexible y un mecanismo de solo lectura muy barato.
09:19 - Presentadora
El equipo de Minnow quería poder enviar por correo su microprograma a todos los lugares en que necesitaran cargarlo. Así que, para lograrlo, el producto tenía que ser lo suficientemente resistente para enviarlo por correo sin que se dañaran los datos. Necesitaba una especie de... carcasa.
09:38 - Dave Bennet
Entonces, lo que realmente había que hacer para mandarlo por correo era… Decidieron colocarlo en una funda de plástico que era bastante rígida. De hecho, leían y grababan el disco dentro de la funda plástica, que era como un sobre. Un sobre de plástico. Cuando tienes un disco recubierto y un cabezal rígido, es inevitable que se desgaste. Y cuando hay desgaste, hay partículas de desgaste.
10:06 - Dave Bennet
El problema es que a medida que las partículas se acumulaban, se generaba un efecto avalancha. Las partículas actuaban como abrasivo adicional, así que la pista de grabación se gastaba y dejaba de funcionar pronto.
10:28 - Dave Bennet
Entonces, a Herb Thompson, que formaba parte del programa y que era muy inteligente, se le ocurrió utilizar una tela de uso doméstico que 3M les vendía a las amas de casa para sacudir los muebles. Así que puso una lámina de ese material entre el sobre y el disco, para que captara las partículas del desgaste, que se quedaban atrapadas en la tela; así se evitaba el efecto avalancha y se solucionaba el problema.
11:00 - Presentadora
Discos flexibles de Mylar de 8 pulgadas...También les decíamos “floppy”. Todo estaba dentro de una envoltura delgada pero resistente, con ese mecanismo adaptado de limpieza del polvo, así que ya no había problema al manipularlo ni al enviarlo por correo. Los nuevos disquetes tenían una capacidad de almacenamiento de 80 kilobytes, así que podían guardar la misma cantidad de datos que tres mil tarjetas perforadas. Fue un gran salto hacia adelante en la capacidad de almacenamiento.
11:29 - Presentadora
IBM presentó su disquete de 8 pulgadas en 1971. El equipo de Minnow había hecho las cosas bien, pero no sabían hasta qué punto. El avance que habían desarrollado estaba a punto de evolucionar y transformarse en una tecnología que cambiaría totalmente las reglas del juego.
11:49 - Presentadora
En ese entonces, Alan Shugart era el Director de productos de almacenamiento de acceso directo de IBM. El proyecto Minnow era su bebé. Shugart era todo un personaje, era emprendedor por naturaleza. Usaba camisas hawaianas todos los días; nunca se ponía chaqueta ni corbata. Poco después del lanzamiento del disquete de 8 pulgadas, Shugart dejó IBM, empezó a trabajar en Memorex en 1969, y luego fundó su propia empresa en 1973, Shugart Associates, que se especializó en los dispositivos periféricos.
12:23 - Presentadora
Don Massaro, otro de los compañeros de IBM, siguió a Shugart y se convirtió en vicepresidente de operaciones de Shugart Associates. Un par de años después, Massaro recibió un pedido de An Wang, que era el Director general de Wang Laboratories, una de las principales empresas de informática de ese entonces. Wang había diseñado un método de memoria de núcleo magnético que las computadoras utilizarían los siguientes 20 años.
12:51 - Presentadora
Cuando se comunicó con Massaro en 1975, le planteó un desafío. Así lo recuerda George Sollman, uno de los ingenieros de Shugart en esa época:
13:03 - George Sollman
El Dr. Wang dijo: “Tengo muchas ganas de diseñar un sistema para pequeñas empresas y un procesador de textos, pero... las unidades de disco actuales, las de 8 pulgadas, son demasiado grandes. Queremos un par de dispositivos de almacenamiento pequeños. Como van a estar junto al tubo de rayos catódicos de la pantalla, no podemos poner los de 8 pulgadas, porque los campos magnéticos van a distorsionar la imagen”. Así que se le ocurrió que podíamos condensar el disquete de 8 pulgadas. Sabíamos que teníamos que pensar en algo de bajo costo que pudiéramos fabricar. Armamos un rotafolio común y corriente, a la antigüita, con nuestra descripción del dispositivo, y se lo llevamos al Dr. Wang, que nos dijo: “Me gusta, pero no se puede usar un motor con corriente alterna, porque va a distorsionar la imagen”.
13:52 - George Sollman
“¿Por qué no averiguan quién fabrica los motores de los reproductores de casete en los autos de General Motors, por ejemplo?". Nos regresamos y le pusimos unos motores muy pequeños, que cabían en el minidisquete, para mover una correa que lo hiciera girar.
14:10 - Presentadora
George Sollman tuvo que imaginarse las especificaciones de este nuevo disquete para definir qué tanto había que reducir su tamaño y qué debía contener.
14:19 - George Sollman
Lo que hicimos fue observar todos los reproductores de casete para determinar el promedio de sus dimensiones. Y después de los cálculos, terminamos con un tamaño de disquete de 5,25 pulgadas. Sabíamos que probablemente solo tendríamos una oportunidad de tirar al arco. Y creo que en ese momento el Dr. Wang nos llamó a Don y a mí a su oficina y nos dijo: “Vengan a ver sus unidades de disco en nuestro nuevo procesador de textos”. Y también quería hacernos un pedido de una cantidad importante: 10 mil unidades de disco. Así que nos quedamos: “¡guau!”. Lo habíamos logrado.
14:54 - Presentadora
Ahora, hay varias leyendas de cómo se llegó a ese tamaño de 5,25 pulgadas. Una de ellas dice que Wang no quería que el disquete cupiera en un bolsillo, para evitar dobleces y roturas accidentales. La más repetida transcurre en un bar en que Al Shugart se tomó unos cuantos tragos, y de pronto se le encendió la lamparita al ver una servilleta de 5,25 pulgadas. Escuchemos a Teri Shugart, la hija de Al.
15:26 - Teri Shugart
Le gustaba tomarse sus copas, y lo que sí es que la mayor parte de los planes de todas las empresas que fundó los realizaba en algún bar. Siempre. Así que es probable.
15:43 - Presentadora
Pero lo que realmente cambió las reglas del juego para Shugart y su equipo, y para toda la historia de la informática, se reduce al momento clave en que George Sollman y Don Massaro decidieron mostrar el disquete de 5,25 pulgadas en el Homebrew Computer Club.
16:00 - George Sollman
Hubo una reunión del Homebrew Computer Club en la sala de reuniones del Acelerador Lineal de Stanford, que resultó que estaba a un kilómetro y medio de donde vivíamos. Así que llevamos nuestro minidisquete y lo mostramos, y en el público estaba alguien de nombre Steve Wozniak. Quería hablar conmigo y me dijo: “Tengo que lograr que ciertas personas se fijen en esto”.
16:24 - Presentadora
Después de la demostración, George y Don volvieron a su rutina normal, pero unos días más tarde, en la oficina, Don llamó a George para decirle algo.
16:33 - George Sollman
Me dijo: “Tú eres el que se encarga de la publicidad. Se supone que tienes que mantener despejada la entrada, George”. Y le dije: “Sí, Don. ¿Pero a qué te refieres?” Y me dijo: “Hay un pesadito ahí en la entrada, habría que sacarlo”. Así que salí y saludé al tipo. Tenía una mirada muy intensa. Estuvimos hablando un rato, fue una charla muy interesante, y de pronto me dijo: “Me gustaría acompañarlo al laboratorio para ver lo que me contó Steve”. No sabía si era de fiar, pero es una de las personas más interesantes que he conocido, y estaba muy claro que tenía un coeficiente intelectual alto y una curiosidad enorme. Era Steve Jobs.
17:19 - Presentadora
Steve Jobs odiaba las caseteras de las primeras computadoras Apple. Siempre fallaban y se tardaban una eternidad en encontrar la información. Para la Apple II, Jobs quería una unidad de disquete y Steve Wozniak quería desarrollarla, pero el tamaño era fundamental. Para que la computadora les resultara más atractiva a los clientes, el disquete tenía que ser más pequeño. Así que, en apenas dos semanas de la temporada navideña de 1977, y con una dieta de casi puras hamburguesas de McDonald's, Woz construyó el prototipo. Llegó a tiempo para la Feria de la Electrónica de Consumo de las Vegas de Año Nuevo.
17:57 - Presentadora
A Woz le encantó diseñar esa unidad de disquete; la describe como la mejor pieza de ingeniería que le tocó desarrollar. Jobs contrató a Shugart para fabricar el disquete de Apple. El Disk II se convirtió en un gran éxito: ayudó a impulsar las ventas de la computadora Apple II y cambió la industria. Escuchemos cómo lo cuenta Steven Vaughan-Nichols.
18:20 - Steven Vaughan-Nichols
El Disk II era una de las opciones de la Apple II que se volvió muy popular muy rápido. Sin duda, hay que reconocerle a Steve Jobs el que haya introducido la unidad de disquete en la industria de las computadoras personales. La gente utilizaba un sistema operativo que se llamaba CPM 80, y había docenas de pequeños fabricantes, y también algunos grandes, como DEC, que producían computadoras que se usaban con CPM 80; bueno, pues todas esas computadoras usaban la unidad de disquete de 5,25 pulgadas. Y luego, cuando apareció la primera PC de IBM en 1981, a todos nos quedó claro que este mercado ya no era para aficionados.
19:04 - Steven Vaughan-Nichols
Era un mercado comercial real, y las modernas unidades de disquete de 5,25 pulgadas iban a impulsarlo.
19:14 - Presentadora
Había una simbiosis entre el disquete y la revolución de las computadoras personales. Se impulsaban entre sí. Evolucionaban juntos. Gracias a los disquetes, las empresas podían escribir programas, copiarlos y venderlos por correo o en las tiendas. Los disquetes hicieron por las primeras computadoras personales lo mismo que las tiendas de aplicaciones luego harían por los teléfonos inteligentes: les abrieron las puertas a los desarrolladores. De hecho, el disquete hizo posible la industria del software. Y a medida que los programas se volvieron más grandes y complejos, los disquetes volvieron a cambiar. En 1981, Sony presentó la siguiente generación de disquetes, que ya solo medían 3,5 pulgadas.
19:59 - Presentadora
Pero la carcasa de estos hermanitos menores era de plástico duro, y tenía un obturador de metal incorporado para evitar que entrara el polvo. Eran más resistentes y podían almacenar más datos. Lo divertido es que a pesar de su funda rígida, la gente los seguía llamando “floppies”. Y una vez más, fue Apple la que los convirtió en la norma cuando lanzó su nueva computadora Macintosh, en 1984.
20:25 - Steven Vaughan-Nichols
Bueno, todos sabemos quiénes son Steve Jobs y Steve Wozniak. En cambio, los nombres de las personas que crearon las unidades de disquete, como Shugart, no nos suenan para nada, pero el trabajo que hicieron fue fundamental. Si no hubiera sido por ellos, la adopción de las PC hubiera sido mucho más lenta. Ni siquiera me imagino cómo podría haber sucedido la revolución de las computadoras personales sin los primeros disquetes. Gracias a ellos, el introducir y sacar datos de las computadoras era mucho más fácil de lo que hubiera sido de otro modo.
21:06 - Presentadora
Como los disquetes eran pequeños y fáciles de compartir, tenían cierto aspecto social por naturaleza, como si fueran una versión temprana de las redes sociales. Podías reunirte con otras personas e intercambiar disquetes. Era un momento en que no había un fácil acceso a los módems y en que ni siquiera existía Internet. Así que la gente compartía los programas en disquetes igual que compartía casetes de audio con canciones de Cyndi Lauper. En inglés incluso había una palabra para las transferencias de datos con disquetes: le decían Sneakernet, porque “sneakers” son zapatos, así que se refería a que tenías que caminar para transferir la información digital de una computadora a otra. La gente podía poner cualquier cosa en esos discos compartidos; podía ser software, por supuesto, pero también podías guardar muchas otras cosas, sobre todo con las nuevas herramientas de creación digital que comenzaron a aparecer.
21:55 - Presentadora
Jaime Levy fue de esas nuevas diseñadoras digitales de fines de la década de 1980. Actualmente es profesora en la Universidad del Sur de California, y es autora del libro UX Strategy.
22:07 - Jaime Levy
Claro, me pareció increíble poder hacer algo que fuera interactivo y no lineal en un disquete. Yo en ese tiempo hice lo que luego se convirtió en una revista en disquete. Era la época de los programas de autoedición de escritorio. Creo que en ese momento salió PageMaker. La gente estaba empezando a comprar las Macintosh y se acercaba lentamente a lo digital.
22:32 - Presentadora
En ese momento nadie había oído hablar de una revista interactiva, ni siquiera Jaime, que lo que hizo fue ponerle animación, arte y sonido a una interfaz interactiva, y logró meter todo dentro de un disquete. Hizo un montón de copias, las empaquetó y las llevó a una librería local.
22:48 - Jaime Levy
En la mayoría de los casos, ni siquiera tenían una Macintosh, así que no podían ver lo que traían. Entonces yo les decía, bueno, quédate con 10, llévate uno a tu casa y velo; si te gusta, los vendes. Y los ponían en el mostrador principal porque no quedaban bien en un estante, y la gente los compraba. En cuanto entraba alguien que tenía una Mac y veía la revista en disquete con un precio de 6 dólares, decía: “Sí, yo la quiero”.
23:15 - Presentadora
La revista se agotaba una y otra vez en las librerías. Jaime recibía cartas de todo el mundo, y los medios de alcance nacional comenzaron a prestarle atención. Luego empezó a vender los discos por correo, lo cual pronto se convirtió en un buen negocio para ella. Y a partir de eso despegó su carrera como diseñadora de interfaces. Su historia es testimonio del poder del disquete y la Sneakernet. Hubo una época en que podías guardar todo un sistema operativo en una sola unidad de disco flexible de 160 kilobytes, pero para mediados de los años 90 necesitabas varios para ejecutar lo que fuera. Los archivos eran cada vez más grandes, y era molesto andar metiendo y sacando disquetes en la computadora.
23:57 - Presentadora
La primera computadora personal en salir al mercado sin unidad de disquete fue la iMac de 1998. La suerte de los disquetes estaba echada. Cuando los módems mejoraron y conectarse al internet se hizo más fácil, la gente los hizo a un lado y pasó a una tecnología de almacenamiento más reciente, como el CD ROM, y de ahí al DVD, a las tarjetas SD y a las memorias USB. Así que al mirar hacia atrás, nos encontramos con todo un cementerio de tecnología de almacenamiento obsoleta. Y ahora tenemos la nube. Pobres disquetes: estaban condenados a la extinción. Pero lo curioso es que siguen por acá. No se van tan fácilmente. Para empezar, todavía están en el ícono de guardar.
24:43 - Presentadora
La gente tiene cajas de zapatos repletas de ellos. De hecho, han demostrado ser uno de los objetos tecnológicos más resistentes del mercado. Tal vez te impresione saber que todavía se usan para mantener sistemas heredados, como el Sistema de Misiles Balísticos Intercontinentales de los Estados Unidos. Hasta hace poco, ese sistema dependía de unidades de disquete de 8 pulgadas. En serio. Matthew Kirschenbaum es profesor de Inglés y Estudios Digitales en la Universidad de Maryland.
25:17 - Matthew Kirschenbaum
Corría el rumor de que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos estaba eliminando gradualmente los disquetes de 8 pulgadas de sus sistemas de control y comando nuclear. Hasta circulaban fotos de personas en silos de misiles que metían disquetes en mainframes, como se hacía antes. Y creo que mucha gente se sorprendió al saber que las armas nucleares aún estaban controladas por disquetes de 8 pulgadas. El gobierno, el ejército, ya está eliminando esos sistemas poco a poco. Y sin duda me parece benéfico, pero vale la pena recordar también que los disquetes tienden a ser un medio de almacenamiento muy duradero y resistente. Tienen poca densidad de superficie, lo cual significa que son relativamente toscos, o de baja fidelidad, en comparación con los discos duros de hoy en día. Pero de hecho eso los hace un poquito más resistentes y confiables. Además, y justamente por la antigüedad, por la obsolescencia de esos sistemas informáticos, irónicamente corrían menos riesgos frente a algunas amenazas de red que vemos hoy en día, como los virus, la piratería informática y ese tipo de cosas. La expresión que se usaba era “brecha de aire”, en el sentido de que los disquetes no estaban físicamente conectados a Internet de ninguna forma, y eso podría considerarse una característica de seguridad muy conveniente. A pesar de que ponían a la gente un poco nerviosa, no es tan extraño que hayan seguido usándose durante tanto tiempo”.
26:53 - Presentadora
Claro, actualmente los disquetes nos parecen endebles y hasta un poco ridículos, pero con el equipo adecuado, los discos de hace varias décadas todavía se pueden leer. Quién sabe qué tesoros puedan salir a la luz al recuperar esos datos.
27:09 - Matthew Kirschenbaum
Hace un par de años, hubo un comunicado de prensa sobre el hallazgo de una docena de nuevas imágenes de Andy Warhol. Resulta que eran imágenes digitales que el artista había creado en una computadora Amiga en los años 80.
27:26 - Matthew Kirschenbaum
Se había comprado la Amiga, estaba experimentando con ella y comenzó a usarla para algunas de sus obras de arte, y las imágenes resultantes se guardaron en disquetes que estaban en el Museo Warhol de Pittsburgh, Estados Unidos. Un equipo de la Universidad Carnegie Mellon logró rescatar esos archivos, y gracias a eso tenemos una docena más de obras de arte de Andy Warhol.
27:53 - Presentadora
Hablando de tesoros, es hora de averiguar qué pasó con Jordan Mechner y el código fuente que estuvo perdido durante tanto tiempo. En resumen, Jordan había perdido el código fuente original de Prince of Persia. Años más tarde, su padre encontró una caja de zapatos en el fondo de un armario, con un montón de disquetes polvorientos de 3,5 pulgadas. Uno de ellos estaba etiquetado como “código fuente”, ¿pero en serio estaba ahí el código fuente? ¿Podría recuperar su trabajo de Prince of Persia?
28:23 - Presentadora
Para averiguarlo, hablamos con dos de las personas que Jordan contrató para salvar su código. El primero con el que se comunicó es Jason Scott, archivador independiente en Internet Archive.
28:38 - Jason Scott
Podía funcionar o no funcionar, pero uno siempre se prepara para lo peor. Tony, uno de mis conocidos, tiene una relación impresionante con las computadoras Apple. Las conoce por dentro y por fuera. Yo diría que es un encantador de Apple II.
28:59 - Presentadora
A través de un canal IRC de gran alcance, Jason buscó a Tony Díaz y lo contrató para el rescate. Luego, Jordan invitó a ese par de arqueólogos informáticos a su casa de Hollywood Hills. En la parte de atrás de su camioneta, Tony cargó un montón de equipo para el largo viaje desde Oceanside hasta Los Ángeles.
29:19 - Tony Diaz
Tomé un par de sistemas de Apple II que tengo guardados, los respaldé, llené casi la mitad de la caja de la camioneta con varias herramientas y conseguí unidades de disco que están modificadas para leer disquetes difíciles y cosas así. También tomé un controlador de unidad de disco que funciona de manera un poco distinta, y algunas cosas de una computadora más moderna que ayudan con los disquetes si hace falta. Y bueno, cargué todo y salí a carretera.
29:43 - Presentadora
En la sala de la casa de Jordan, Tony desplegó un impresionante arsenal de antiguas computadoras Apple II y unidades de disco de 3,5 pulgadas. Entonces, Jordan llevó la caja de zapatos en una bolsa de plástico, como si fuera el Santo Grial. Su preciada reliquia estaba sujeta con bandas elásticas, para que la tapa de cartón no se cayera.
30:03 - Tony Diaz
He estado en muchas situaciones así, en que simplemente abres la vieja caja de discos, y todo tiene el mismo olor a humedad que… No sé, es difícil describirlo pero, por ejemplo, las personas que han estado en un barco de la Marina saben que todo tiene el mismo olor. La parte de atrás de todos los aeropuertos huele igual. Bueno, los disquetes tienen su propio… ¿cuál es la palabra? Su propio encanto, por así decirlo.
30:25 - Presentadora
Tony sacó un par de discos para ver en qué condiciones estaban. Estaba dispuesto a quitarles la cubierta protectora y lavarlos con detergente para platos, en caso necesario. Llevaban mucho tiempo sin girar. Así que puso sus dedos en el centro de uno de ellos, lo sacudió un poco y lo hizo girar una vez para ver si había moho. Luego, Jason y él se repartieron las tareas.
30:49 - Jason Scott
Iba a hacer lecturas de flujo, que es cuando tomas la información magnética, extraes cada ondulación de esa información, y eso genera una imagen del disquete muy grande y difícil de decodificar. La idea era que si alguna otra cosa salía mal o nos quedábamos atorados, podríamos usar la imagen.
31:16 - Jason Scott
Tony entendió qué información estaba guardada en esos disquetes y estaba usando una computadora para leer el disco, como si estuviera en 1990 y los datos tuvieran lógica para él. Primero nos dedicamos a los discos que evidentemente eran copias de archivos estándar. Nos aseguramos de no tocar ninguno de los discos que contenían información irreemplazable hasta saber a qué nos enfrentábamos. En los discos sencillos que tomamos al principio había cosas como Death Bounce, por ejemplo. Era un juego que hizo Jason pero nunca salió al mercado, igual que un clon de Asteroids. Funcionaban bien, hasta pudimos jugar con ellos en la computadora. Estaba viendo juegos en los que ni siquiera había pensado durante muchos años, y funcionaban muy bien.
32:06 - Presentadora
Hasta ahí, todo iba bien. Ahora le tocaba al disco que decía Prince of Persia. Tony comenzó a analizarlo y se dio cuenta de que era una copia de seguridad de un disco duro que se había dividido en cinco disquetes. Había que volver a armar todo.
32:23 - Tony Diaz
Para restablecer las imágenes, el volumen de disco duro que uses tiene que tener el mismo tamaño que el que usaste para crear la copia de seguridad. Obviamente había llevado discos, ¿pero qué probabilidades había de que fueran exactamente del mismo tamaño? Porque no siempre era así. Bueno, no pasa nada: hago una partición de 10 megas en mi tarjeta, hago una copia de los discos, y le digo que es una copia de seguridad de una unidad de 10 megas. Lo restauramos y lo que obtuvimos fue un precioso disco duro lleno de archivos de código fuente que teníamos que revisar.
32:50 - Presentadora
Pero la gran revelación se produjo cuando hicieron el primer catálogo y vieron los archivos.
32:55 - Tony Diaz
Sí. Eso es todo. Había archivos Merlin, que son los que terminan en “.s”, y archivos OBJ para cuando se compila o se ensambla; ahí estaba todo. Dios mío, había tantas versiones diferentes que íbamos a tener que ver qué eran, pero todos nos concentramos en el monitor y la computadora, y se hizo una especie de silencio, más bien como de, bueno… este… vamos a ver qué hay en este. ¿Y en este? Uy, me acuerdo de este.
33:20 - Jason Scott
Cuando revisó y comenzamos a analizar los archivos de texto de ese disco, Jordan los reconoció inmediatamente como su código fuente original. Así que aunque sabíamos que habíamos encontrado lo importante, seguimos revisando todos los discos para que no se nos fueran a ir otras versiones. Entre las cosas que encontramos había versiones sin terminar de Prince of Persia en las que había probado diferentes gráficos y cosas así.
33:48 - Presentadora
Impresionante. Cuando vieron el directorio con archivos de código fuente reconocibles, dieron un suspiro de alivio. Prince of Persia había sido rescatado de las arenas del tiempo. Pero todavía no terminaban el trabajo.
34:09 - Presentadora
Jason cargó el código recuperado a GitHub, así que los fanáticos tuvieron acceso a él de inmediato y desde cualquier parte del mundo. Se había corrido la voz del acontecimiento y la gente estaba conectada y a la espera.
34:22 - Tony Diaz
Ese día, nuestro objetivo principal era cargarlo en un repositorio en GitHub lo antes posible. Estuvimos conectados en la misma sala de chat de IRC todo el tiempo, y las personas nos hacían preguntas. “¿Qué es?¿Qué están viendo? ¿Qué encontraron?” Recibíamos comentarios en vivo a medida que avanzábamos.
34:38 - Jason Scott
John Romero, que trabajó en Doom y Quake, dijo que aprendió varios trucos al mirar el código fuente, y había mucha gente que no lo entendía, porque un código escrito a fines de la década de los 80 es muy diferente de los actuales, por el hecho de que había que estar liberando memoria byte por byte, tratando de hacer espacio para que un sprite se viera bien. Era otro mundo.
35:09 - Presentadora
A partir de ese día tan ajetreado de 2012, se estudió, se compartió, se comentó y se atesoró el código fuente de Prince of Persia. Escuchemos algunas de las reflexiones finales de Matthew Kirschenbaum.
35:23 - Matthew Kirschenbaum
Es otro ejemplo de lo que podríamos considerar la cultura digital, como las obras de arte de hoy en día, la expresión creativa de nuestro tiempo. Gran parte está guardada en esos disquetes polvorientos y obsoletos, pero hay algunas historias importantes de cómo hemos recuperado cosas con un poco de suerte y de ingeniería.
35:49 - Presentadora
Tal vez el ícono de guardar sea lo más cercano a un disquete que conozcas, pero cuando lo veas, acuérdate de que es parte de la maravillosa historia de la tecnología, que no debemos dar por hecho. Una historia que nos enseña a compartir y a rescatar lo que creamos. Una historia que hay que guardar.
36:09 - Presentadora
Command Line Heroes en español es un podcast original de Red Hat. Consulta nuestras notas de investigación sobre los disquetes en redhat.com/commandlineheroes. Por cierto, si guardáramos este episodio, que pesa aproximadamente 51,5 megabytes, calculamos que se necesitarían 36 disquetes de 3,5 pulgadas. Hasta la próxima, sigan programando.
Material Adicional
The History of Punched Cards by Robert S. Wahl
Alan Shugart: About the Floppy Disk at the Computer History Museum
Oral History Panel on 5.25 and 3.5 inch Floppy Drives by Jim Porter
BUSINESS TECHNOLOGY; The Evolution of the Floppy Disk for PC's by Andrew Pollack